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Variabilidad motora y sus efectos en el rendimiento motor

A menudo me llegan deportistas que me hacen preguntas como, ¿qué ejercicios tengo que hacer para ser más ágil, fuerte o tener mayor rendimiento?

A lo que yo les respondo con una pregunta que los deja un poco asombrados: “¿cómo te adaptas al entorno?”. 

Muchas veces, no encuentro respuesta a mi pregunta.

Existe evidencia científica acerca de cómo se puede conseguir un mayor rendimiento motor mediante dichas adaptaciones. La clave se encuentra en la realización de tareas variables, ya que está demostrado que aumentan el aprendizaje motor de las personas.

Aquellos que entrenan de manera variable, presentan resultados más favorables ante una tarea nueva. Por tanto, es importante facilitar la exploración motora en cada ejercicio.

Seguramente te estés planteando cómo puedes facilitar la exploración en tus entrenamientos. Lo cierto es que no es tan sencillo, seguramente requieras ayuda de un profesional.

Lo que sí se ha demostrado es que poner a prueba a tu organismo con diferentes estímulos o constreñimientos sensoriales, ya sean auditivos o visuales, mejora la capacidad de desenvolverse en ese entorno y, por ende, mejora su capacidad de respuesta en otros. El límite estará en la creatividad que le demos a la tarea.

Para entenderlo mejor os muestro el ejemplo de un corredor que quiere mejorar su arrancada. Una forma con la que puede conseguir su objetivo es mediante el trabajo de miembro inferior, como puede ser con una sentadilla; pero… ¿y si a ese trabajo le sumamos un estímulo externo que le indique cuándo iniciar la sentadilla?

Bastaría con un pitido, una luz o cambiándole los pies de posición. Habría miles de variables para ese ejercicio, aparentemente sencillo, que podrían volverlo muy complicado. Poco a poco se podría ir añadiendo variables a la tarea en función de la respuesta que consigamos.

Facilitar la exploración nos hace mejorar nuestras respuestas ante distintas situaciones, no sólo en el ámbito deportivo, sino también en el día a día. El mejor ejemplo de ello son los bebés cuando aprenden a andar o exploran cómo funciona un objeto. Al principio no se ven los resultados, pero las adaptaciones se están dando. Lo mismo ocurre con las tareas variables, los resultados no se ven, pero las adaptaciones aparecen.

Como conclusión, podemos decir que la persona que tiene mayor rendimiento no es la que está más fuerte, sino aquella con la flexibilidad motora y adaptación al entorno más rápida.

 

Ángela Jaén Lissen

Fisioterapeuta y Técnico en Acondicionamiento Físico.

Curso en optimización del entrenamiento: aprendizaje y rendimiento motor.

Fisioterapeuta en InMuv Sevilla – Centro de entrenamiento, nutrición y fisioterapia.

 

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